Vuelvo a las no-reseñas. Creo que no voy a poder reseñar “Territorio de pesadumbre” (Sportula) sino que hablaré de a dónde me ha llevado su lectura, y creo que destriparé la historia, así que, si queréis leer una reseña formal (y magnífica) de la novela sin spoilers, podéis leer esta de Consuelo Abellán en Sagacomic. Yo he venido a hablar del Príncipe.
Datos del libro:
- Título: Territorio de pesadumbre
- Autor: Rodolfo Martínez
- Ilustrador: Alejandro Terán
- Editorial: Sportula
- Colección: Narrativa breve
- Formato: bolsillo / ebook
- Idioma: castellano
- Número de páginas: 112
- Fecha de primera edición: septiembre 2010
- Fecha de publicación en Sportula: octubre 2018
- Fecha de lectura: diciembre de 2018
- Enlace de compra: papel, ebook
- Premios: Ganador Beca Pepsi-Semana Negra 1998, Finalista Premio Ignotus 2000, Novela Corta.
Antes de meternos en spoilers. La cosa arranca con el joven Kal, que debe tomar el control de su familia, tras el fallecimiento de su padre, y, en consecuencia, de la quinta parte de mundo que ellos controlan. Porque, señoras y señores, nos encontramos ante un futuro postapocalíptico donde los humanos nos hemos cargado el planeta y vivimos protegidos bajo tierra y techos intentando replantar la Tierra, liderados (sometidos) a cinco grandes familias, que se gastan un rollo medieval potente. Como dice Consuelo en su reseña, eso lo hemos leído otras veces. Aunque ya nos llama la atención esa mezcla de géneros, algo que no sabes si estás en territorio de fantasía o ciencia ficción… hasta que llegan Shamael, Domingo, Legión… (ALERTA SPOILERS EN LO QUE QUEDA DE RESEÑA) y el resto de ángeles caídos con los que nos encontramos.
Ante una humanidad que casi acabó consigo misma, aparecen los demonios con la intención de extinguirla. ¿Todos? No, no todos, esta él: Shamael, el que fue Luzbel, el que se reveló contra el que no pude ser nombrado (aquí lo llamaremos Dios), el que fue desterrado de la Ciudad de Plata (el cielo), el que pidió perdón y no fue perdonado (que ya se sabe que Dios tiene muy mala leche). Personalmente siempre me han fascinado los ángeles caídos. Porque a ver, tenían razón: durante la eternidad los ángeles habían sido las criaturas favoritas de Dios hasta que a éste le da por crear a los humanos, y los alados son relegados a un segundo plano. Que dices, puede que la liaran un poco montándole una guerra, puede, pero chico (Dios), si ignoras a tus hijos mayores (los ángeles) y sólo tienes ojos para los pequeños (humanos), es normal que se enfaden un poco.
Lo que me ha fascinado de “Territorio de pesadumbre” es esa reflexión sobre la relación de los demonios con los humanos más allá del punto actual: demonios tentando y torturando mortales. Por un lado, Domingo que quiere acabar con los favoritos de Dios, los humanos. Por el otro, Shamael, repudiado dos veces por Dios, que se integra entre la humanidad para ayudarlos.
Rodolfo Martínez nos presenta a ese ser inmortal, ese ser que sufrió por perder el amor de Dios, que se reconcilia con quienes habían sido sus enemigos, siendo todos hijos del mismo padre. Ahora iré más allá de los que nos dice Martínez. ¿Quién es el malo en todo esto? ¿Quién es el caprichoso que se cansa de sus hijos… dos veces? ¿Quién desatiende a sus ángeles y luego a los humanos (cuando estos, por lo que sea, se cargan el planeta)? Ante un mundo devastado, se acercan los dos hermanos (demonio y humano), abandonados a su suerte por el que no puede ser nombrado.
Vale, imagino que algún lector se ha escandalizado, y puede que me gane la excomunión. Pero es que no soy de buenos y malos imperturbables. Y en nuestra cultura no hay malo más malo que el diablo. Así que agradezco esta aproximación de Rodolfo al mito.
Además, “Territorio de pesadumbre” tiene muchas más cosas interesantes. Compone un escenario interesante, el humano, que apuntaba al inicio. Ese mundo hipertecnificado, por un lado, con unos valores y tradiciones que nos queremos convencer que hemos superado (hasta que llegan las elecciones y la extrema derecha avanza). Esas 5 familias que gobiernan sus 5 trozos del planeta, esas conjuras por el poder, que me han llevado a la Roma imperial…
Rodolfo Martínez compone una novela muy breve, que no necesita de más páginas, nos lleva a un viaje al origen y el fin de todo, de lo que somos. “Territorio de pesadumbre” es una novela que pide tiempo para ser pensada, más que para ser leída.
Valoración
-
7/10
LJSalart
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