- Autor: NEAL SHUSTERMAN
- Edición: Nocturna, diciembre de 2017
- Nº de páginas: 524 páginas
- Serie: El arco de la guadaña
- Colección: Literatura Mágica
- Lengua: CASTELLANO
- Traductora: Pilar Ramírez Tello
- ISBN<: 9788416858248
- Comprar: Rústica con solapas
- Fecha de lectura: Mayo de 2018
Supongamos que la ciencia sigue avanzando, no parece de entrada un sinsentido. Previsiblemente, en ese futuro, la esperanza de vida aumentaría. Hagamos un esfuerzo e imaginemos que la fecha de nuestra muerte desaparece. Es más, pensemos que podríamos llegar a rejuvenecer repetidamente hasta la mayoría de edad. Tendríamos todo el tiempo del mundo para formar nuestra propia familia. Incluso varias. Nos podrían rodear 20 hijos, y sus hijos, y los hijos de sus hijos. Es decir, la población aumentaría sucesivamente hasta el infinito.
En ese supuesto la propia inmortalidad supondría nuestro estrangulamiento. Y la única solución sería forzar nosotros mismos la regulación de esa población.
Siega parte de esa hipótesis; el control de la demografía está en nuestras manos. Para ello crearemos una nueva profesión, la de la propia Muerte.
La Muerte como personaje es una de las historias más viejas que pueda ser contada. Es un ser que ya identificamos con un imaginario creado. Lleve o no guadaña, vista de negro o de colores, todos entendemos rápidamente a quién nos referimos. Pero Siega le da una segunda vuelta de tuerca que consigue funcionar muy bien. No existe una sola persona encarnando al segador, sino todo un gremio. La profesionalización del fenecer. En él hay diferentes corrientes de pensamiento y diferentes formas de enfrentar el oficio. Una de las mejores cosas que tiene la novela es el hablar de ello sin tapujos. Morir es algo que sucede, y debería hacerlo incluso en un mundo en que no existan las enfermedades, porque como especie es una de las pocas formas de permitir que haya nuevos individuos. ¿Pero qué significa decidir la muerte ajena? ¿Qué decidirías ser si te tocara repartir cajas de pino?
Citra y Rowan, dos adolescentes en plena formación, serán apartados de sus entornos y tutorizados precisamente para encarar ese futuro. Ambos serán aprendices del segar vidas. Durante un año aprenderán a prepararse para saber manejar armas y combatir, pero también para entender la complejidad ética que existe tras el decidir quién muere y sobre todo de qué forma. Se atenderán a ciertas normas, deberán matar sin sesgos personales. Para ello tendrán asignada una cuota de muertes anuales, pero también un perfil demográfico al que atenerse y que represente a su entorno próximo.
Fuera de un sencillo decálogo las decisiones serán suyas. Cada segador tiene en sus manos el poder y la responsabilidad de ejercer su profesión de la manera que crea más adecuada. Pasado un año de formación, y tras tres pruebas, los candidatos que superen todo el camino recibirán el anillo con el que podrán bendecir o sentenciar.
En Siega matar no es asesinar, es solo cumplir con un cometido, una artificialidad que nosotros mismos hemos creado, y esto puede hacerse con cierta empatía y acompañando en el camino o aprovechando para desarrollar al ser desalmado que algunos tienen dentro. Un segador será humilde, no tendrá propiedades propias y no utilizará su cargo para beneficiarse. O esa es la teoría, cuánto quieran estirar los tecnicismos en su favor será algo que deberán plantearse ambos jóvenes.
Su condición los convierte en estrellas, en referentes a los que admirar. En afortunados. Pero también en temidos, en portadores de desgracias y en individuos expulsados de la propia normalidad social.
Nocturna nos trae una edición preciosa, como ya es habitual, en la que cada detalle está cuidado. Es uno de esos ejemplares en los que el papel gana. Por su maquetación, por su formato e incluso por la elección del estilo estético con el que identificarse. La primera parte de la saga El arco de la Guadaña viene cargada de giros que transformarán una historia bastante lineal en algo más complejo. Quizás en ocasiones incluso demasiado. Sin embargo tiene una escritura ágil y sencilla, ordenada en multitud de capítulos cortos que harán que este libro lo recorramos casi sin darnos cuenta.
Tiene en su favor el conseguir la difícil tarea de hablar de la muerte sin excesivo dramatismo, aceptándola como algo que sucede y sin embargo que es suficientemente compleja para que no deba ser excesivamente relativizada. Parte de una premisa que resulta curiosa e interesante. Siega es una historia conocida, con personajes tipo recurrentes que harán de ella algo sencillo de seguir -no tanto de escribir- y escrita con suficiente frescura para que sea una bonita forma de entrar en un mundo que ya nos puede sonar.
Sus protagonistas son potentes, con rasgos marcados y con enjundia suficiente para soportar cada uno de ellos un arco propio que hagan de esta historia algo más coral de lo que de entrada parece. Lejos de explicarnos únicamente la historia de dos adolescentes, abre un melón mayor en el que el uso del libre albedrío profesional aumenta las cosas a contar y los puntos de vista desde los que seguir lo que suceda.
Siega es una buena primera parte, con lógica propia que hace de ella una novela que se entienda perfectamente independientemente pero que nos deje con suficiente interés para seguir con la saga.
Neal Shusterman ha conseguido hacer sencillo algo tan complicado como es el morir y darle interés sin llegar a la banalización; y no sé si voy a ser capaz de aguantar la espera hasta el segundo volumen.
Maritxu
Latest posts by Maritxu (see all)
- Rule, secretos e intrigas en palacio - 25 octubre, 2019
- Sed: El fin ecológico con preaviso - 21 junio, 2019
- ‘El príncipe cautivo’, erótica y esclavismo - 8 enero, 2019
Joer, me lo voy a tener que leer…
A mí no me haces tanto caso…
Sí que te hago. Solo que no te lo digo, que te pones tonto.
Tontorrón.
Tontorrón
La leí hace poco y me sorprendió para bien, me esperaba algo bastante juvenil y lo cierto es que no tiene nada que ver.
Gran reseña.
Es genial. Shusterman es un hacha a la hora de aproximarse a temas escabrosos para la sociedad de forma sorprendente. Yo le conocí con Desconexión, y esa saga dejó el listón altísimo; por lo menos Siega no decepciona.
El segundo volumen está ya en inglés, y deja la trama en un punto increíble. Ya me estoy mordiendo las uñas a la espera del tercero.