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- Autora: Ana Tapia
- Edición: Cazador, mayo de 2018
- Sello: Viento Verde
- Nº de páginas: 120 páginas
- Formato: Rústica
- Lengua: CASTELLANO
- ISBN: 9788494839061
- Enlace de compra: Las ovejas radiactivas de Kolimá
- Fecha de lectura: mayo de 2018
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Hoy vengo a hablaros de algo que jamás imaginé que comentaría en el blog: un libro de Poemas de Ciencia-Ficción o «Poemario Sci-Fi», como lo llaman en la web de la propia editorial. Es de alabar la arriesgada apuesta que ha hecho Cazador de Ratas creando un sello, Viento Verde, que se dedicará a la Poesía Fantástica y que se estrena con Las ovejas radiactivas de Kolimá de Ana Tapia, un libro de poemas entorno a la Ciencia Ficción, que me ha parecido una pequeña joya. Estructura, belleza, profundidad y formato, hacen de él algo diferente. Especial.
No os voy a engañar: no tengo ni idea de poesía. Aunque tampoco la tengo de literatura, Ciencia Ficción, Fantasía o Terror y llevo dos años publicando reseñas. Es más, es posible que hablar de este libro se me haga incluso más sencillo que comentar novelas ya que aquí no me voy a extender en analizar el estilo ni la trama ni los personajes. Esto va más sobre lo que sientes al leer que sobre lo que lees. Por lo menos para unos ojos inexpertos como los míos. Con esto no quiero decir que el libro lo compongan una serie de poemas inconexos y vacíos de contenido (podría ser otra opción válida), al contrario. El libro tiene una estructura muy interesante y cada uno de los poemas invita a la reflexión.
Siempre he dicho que la Ciencia Ficción es uno de los géneros en los que la crítica social funciona sin quitar importancia a la historia. Puedes crear mundos distópicos, tecnologías inexistentes, nuevas sociedades y, de fondo, meter el punzón. Si algo me ha demostrado la autora es que si, además, lo haces utilizando la poesía como herramienta, el mensaje llega casi en forma de mantra, lo que lo hace aún más efectivo.
Veíamos a nuestros hijos respirar el Patriarcado. Era como ver la intoxicación lenta de un pez nadando en aguas levemente radioactivas. Lo suficiente como para no matar. Lo necesario como para plantar pequeños soldaditos de un ejército de juguete en sus memorias blandas.
Otro de los aspectos interesantes del libro es su estructura. La autora parte de una premisa en la que inventa varios mundos que luego va ambientando (sí, no me va la palabra worldbuilding) siguiendo un argumento, más que interesante, que hace que el libro tenga el atractivo añadido una línea temporal, más o menos, lineal —aunque esto es cuestionable en varios momentos— que te mantiene pegado a sus páginas hasta el final durante la primera lectura. Porque sí, este libro es de varias lecturas y momentos. Un libro para disfrutar de cada poema, reflexionar sobre él y sentarte en un banco, a poder ser con una cerveza y rodeado de árboles.
Si cierras los ojos ves dos estrellas unidas para siempre. Dos soles hermanos. Uno de ellos es grande. Lo llaman sol Alfa. El otro es más pequeño, y sigue a su hermano en el baile gravitacional del Universo. Lo llaman sol Lapislázuli, por su apariencia pálida sobre el horizonte de los planetas.
Alrededor de estos dos soles orbitan tres planetas. Salutri, Menos Cuarto, Zórvix. Los tres son habitables por el ser humano, en todo o en parte de su territorio.
Son hermosos y heterogéneos, los planetas. Ha sido una suerte descubrirlos.
El libro consta de cuatro partes que corresponden a cuatro escenarios diferentes por los que la autora nos lleva de la mano de sus poemas: la Tierra, Salutri, Menos Cuarto, Zórvix, y termina con «Todos los Lugares o ningún lugar», que rompe con todo y a la vez le da sentido. Genial. Pero nadie como la propia autora —que amablemente se ha ofrecido a escribir unas líneas— para explicarnos de dónde y cómo nace todo esto:
Los mundos que salen en el poemario ya existían para mí, llegué a ellos por la narrativa, en un conjunto de relatos hilados que aún no he acabado, así que curiosamente ha salido antes la poesía que la narrativa.
Para mí fue como bucear en esos mundos que aún no conocía bien, que estaban como en fase de «worldbuilding». Era como tomar otro camino. La poesía me daba la opción de conocerlos de otra forma que la narrativa no te permite, por sus exigencias.
Por ejemplo, yo sabía que en Menos Cuarto había escasez de agua y un grupo paramilitar se encargaba de vigilar que la gente no tuviera aljibes privados … pues la poesía me permitió crear la canción – oración de ese grupo de fanáticos. También me pasó con el cementerio de Odín: yo veía muertos orbitando un satélite y aunque este cementerio aparecerá en un relato, quería contarlo con la lírica.
Es impresionante cómo consigue llevarnos a distintos lugares, saltar en el tiempo, escribir con distintas voces y dar sentido a cada uno de los poemas, tanto dentro de la historia como en el transfondo que quiere presentar. Sobre el estilo no tengo mucho que decir pues, como ya he comentado antes, no tengo ni idea. Pero sí que puede observarse que utiliza varias técnicas, tanto de formato como de estilo, y que a veces esa voz poética y lírica desaparece para soltar un par de hachazos que me parecen magistrales. Esto es lo que dice Ana:
Normalmente, en poesía, el “yo” poético coincide con el poeta pero a mí me gusta trasladar ese “yo” a otros personajes y esto requiere un esfuerzo de empatía. Pero claro, es inevitable que en poesía se cuelen cosas autobiográficas. Los poemas más autobiográficos son el de “hija”, “el hombre que arrastra a los ahogados” y “la tumba de stanislav”.
En cuanto a la técnica, he mezclado poemas en verso y poemas en prosa, porque ¡ambos formatos me gustan! Y también suele haber en algunos poemas un toque «expresionista» (referido al expresionismo alemán de principio de siglo XX). Por cierto, hay una canción que cantaré en la presentación del libro, la de la guardia De La Lluvia. Parece algo friki pero incluso Ursula K. Le Guin lo hizo, hace poco supe que había puesto música a un libro suyo. Ahora mismo no te sé decir el título del álbum pero lo vi por internet.
Si lo que quieres es algo distinto, en donde tú manejas los tiempos, bello pero con mensaje profundo y, a veces, bastante mala leche, te recomiendo que te lances. Es una mezcla que nunca hubiera pensado que fuera a funcionar, pero la Ciencia Ficción y la Poesía son, ¿por qué no?, buenos compañeros. Un libro perfecto para acercar a los amantes del género a la poesía y a los amantes de la poesía al género. Para muestra un botón:
[…]hay que bailar una danza más antigua que los hombres
de una época que ya nadie recuerda
el pasado es futuro: el tiempo será elipse
hermanas mías
corred hacia el centro de la galaxia que está en lo profundo
donde lo relativo hace liviano el caos
y la luz está en nosotras y fuera de nosotras
a un tiempo
tomaremos por la fuerza las raíces del día
ninguna criatura volverá a negarnos
seremos bendecidas por la memoria de átomo
en una nueva era
Origen
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Interesantisima reseña, Origen! Me apunto este titulo para ya!
Para la curiosidad, comentar que en efecto, la relación entre la obra de Ursula K. Le Guin y la música es relativamente abundante y muy interesante
Junto al músico Todd Barton publicaba a mediados de los 80s la cassette “Music and Poetry of the Kesh” inspirados por su novela de 1985 El eterno regreso a casa (Always Coming Home)
El mismo año David Bedford publicaba la space opera “Rigel 9” sobre texto de la señora Le Guin
Ambos discos se pueden escuchar en spotify
Junto a la compositora Elinor Armer compuso el ciclo Uses of Music in Uttermost Parts, del que se puede escuchar su ‘The Seasons of Oling’ en Youtube
En la web oficial de la autora detallan más encuentros entre su creación y la música
http://www.ursulakleguin.com/Index-Audio.html#MusicOnline
Interesantísimo comentario! Me lo apunto.
Gracias!
Gracias por el artículo 🙂
¡Qué interesante! Me recuerda a mi saga de novelas en verso de novela filosófica y ciencia ficción de base ciberpunk. Por lo que cuenta la reseña, veo que mezcla estilos variopintos, de prosa poética y verso. Y convierte los poemas en pequeñas historias. He encontrado curioso que también haya partido de la prosa. Partir por primera vez de un texto de ciencia ficción completamente en verso es algo que tampoco me ha pasado. Empecé colando micro textos poéticos añadidos al imaginarium de una obra de fantasía épica y ciencia ficción para luego pasar a una adaptación-versión de mi primera novela (De ciencia ficción y filosofía) a saga de novelas en verso de ciencia ficción mucho más amplias y ahora estoy con un spin off que, bien mirado, adapta poco o nada para contar una historia coherente y de novela de ciencia ficción en verso claramente.
La canción de «Kesh» suena curiosa.