- Autor: Javier Miró
- Edición: Minotauro, 2017
- Nº de páginas: 480 páginas
- Encuadernación: Rústica con solapas
- Lengua: CASTELLANO
- ISBN: 978-8445004241
- Fecha de lectura: Febrero 2018
- Comprar: Papel, Digital
Pereza. Eso es lo que me dan las novelas de Fantasía Épica, Espada y Brujería o como demonios las queráis llamar. Descripciones eternas, la misma historia de siempre, el viaje del dichoso héroe y si tienes mala suerte, igual te toca tener que aguantar al típico Elfo pedante que hay en todo grupo, cuanto más heterogéneo posible mejor, de cualquier novela de este estilo que se precie. Así que no, no pensaba leer la novela. Pero por circunstancias de la vida y por su autor, un tío majete con el que he compartido ciertos momentos y grupo de lectura, tenía que hacerlo. No por compromiso ni por amistad; más bien porque alguien que es capaz de sacar adelante un proyecto como Libros-Prohibidos y escribir como escribe allí no podía haber publicado un tostón.
Perdonad el tono, pero esta entrada la escribo bastante cabreado, no solo por la poca repercusión que ha tenido la novela sino por la manía que tenemos de alabar lo de fuera y menospreciar lo nuestro. Porque a pesar de mis prejuicios, la novela me ha parecido un ejemplo de cómo escribir buena Fantasía, de cómo no aburrir al lector, de un excelente desarrollo de personajes, de una trama sencilla de seguir pero no por ello menos interesante, y sobre todo, un ejemplo de cómo meter pequeños y sutiles mensajes críticos sin interferir en la historia. Y ahora, vamos al lío.
Sinopsis
Por un giro del destino, Iviqi y Jax, dos aventureros de poca monta, llegan a la importante ciudad portuaria de Melay, donde va a tener lugar un torneo de Jhassai, el ancestral arte de la lucha. Sin pretenderlo, Iviqi y Jax se verán envueltos en las intrigas de los distintos y misteriosos bandos que conspiran por hacerse a cualquier precio con el premio del torneo: la legendaria Armadura de la Luz, un artefacto del que se dice que puede otorgar a su poseedor el poder de un dios. Lo que tal vez nadie sospecha es la espantosa maldición que esta armadura arrastra consigo, y que podría significar el fin del mundo.
La armadura de la luz, reseña
Leyendo la sinopsis mi pereza se convirtió en casi certeza: esto no me iba gustar. Así que empecé a leer con todos los prejuicios que puede tener un lector: un género que no le va mucho, una sinopsis que no le llama la atención y unas reseñas que no ponían la novela demasiado bien. Porque sí, aunque no suelo hacerlo para no verme influenciado por las opiniones de otros/as, esta vez había leído varias reseñas, más que nada por curiosidad. Novela publicada por Minotauro, con portada molona, de un autor casi novel… ¿Por qué esto no ha tenido más repercusión?
La mayoría de las reseñas van en una misma línea: primer tramo pesado, novela correcta, personajes decentes, historia rolera y trama palomitera. Así que tendré que ir en esa línea, no vaya a ser que meta mucho la pata… Porque si digo que a mí el primer cuarto de la novela me ha parecido excelente, el desarrollo de los personajes distinto y la trama no me ha dejado soltar la novela más que por motivos de fuerza mayor (sueño en la mayoría de los casos), a lo mejor es que no tengo ni idea de lo que significa una buena novela Fantástica.
Supongo que a los expertos en este tipo de novelas, lo que les van son las batallas continuas, cuanto más magia mejor y en el caso de los más exigentes, algo de originalidad. Pues bien, yo creo que confundir un estilo más pausado, incluso más lento, con algo negativo es un error. Sí que es cierto que el principio de la novela es más descriptivo, pero no se acerca ni de lejos a los tostones que todos hemos leído llenos de descripciones interminables y páginas prescindibles. Es más, considero que Javier consigue ambientar su novela de una manera extraordinaria, sin aburrir al lector y a la vez, va poco a poco entrando en materia y presentando a los personajes.
También podemos pensar que la obra recuerda, sobre todo a los que hayan leído mucha Espada y brujería, a otras novelas e incluso el estilo y la estructura se pueden hacer familiares. Puede que tengan razón, ellos son los expertos pero personalmente me ha parecido una de las tramas más entretenidas y fáciles de seguir que he tenido el placer de leer, con unos personajes bien identificados (odio tener que mirar un índice con 300 personajes) y no se me ha atragantado en ningún momento, que, conociendo mi experiencia con la temática, ya es todo un logro. Lo reconozco, me ha encantado la forma de contar los hechos, me he metido en la novela hasta atrás y aunque tiene sus cosas, como la gran mayoría de novelas, considero que es un texto muy bien escrito, con sus tramos más descriptivos, con su parte de acción y con esa otra parte que en el resto de las reseñas llaman «rolera» y que a mí me ha parecido sublime. Soy un completo ignorante en este tipo de juegos y cuando leo «rolero» no sé muy bien a lo que se refieren, pero la parte del torneo en la que Javier nos narra la historia desde varios puntos de vista, me ha recordado a mis años de jugador de videojuegos pero con la ventaja de poder jugar con varios personajes, en primera persona y a la vez. Muy divertido.
En lo que sí coincido con la mayoría de las reseñas es en que el autor hace un derroche de imaginación extraordinario con el mundo que nos presenta. Distintas castas mezcladas, algunas más clásicas con poder político y derechos dinásticos y otras con otro tipo de poder más oscuro basado en la magia, personajes misteriosos y potentes que por lo menos a mí me han resultado impactantes, órdenes secretas que se suman a la trama para darle un giro a la historia de dos bandos, criaturas extrañas y no tan extrañas… Sublime.
Pero si algo me ha llamado la atención, y mucho, han sido los personajes. Lo que en un principio parecía que iba a ser más de lo mismo, al final ha resultado ser lo más interesante de la novela. Seguro que me estoy columpiando, pero creo que Javier ha conseguido enfrentar dos mundos casi sin que el lector se dé cuenta: un mundo más clásico, de personajes más estereotipados y previsibles (aunque después desarrollaré esto un poco más), con una manera de escribir Fantasía más moderna, con personajes femeninos fuertes que llevan la voz cantante, todo ello sin dejar que la trama pierda interés y dando profundidad a todos, independientemente del tipo de personaje.
Lo curioso, es que aunque la historia se centra sobre todo en la pareja menos clásica, Iviqi y Jax, el personaje que más me ha interesado y a la vez más me ha decepcionado ha sido Adaveia, el típico ejemplo de personaje femenino sumiso y sin mucha importancia en la historia, pero al que desde el principio he visto mucho potencial. Creo que la aventura desde el punto de vista de esta joven, en principio débil, completamente estereotipada y tan sumisa que hay momentos en los que incluso te apetece gritar que se imponga, es muy profunda. Crueldad, sueños rotos, miedo, dolor y finalmente decepción. Durante toda la lectura estaba esperando ese despertar del personaje o por lo menos algo más de cambio de rol, que no contaré si al final sucede o no para no spoilear, pero que me deja con ganas de que la historia continúe. De hecho, el autor deja la puerta abierta en la última página a una posible continuación, aunque la historia se cierra perfectamente. Un cliffhanger descarado que Javier nos dedica a los lectores, pero sin empezar con él 40 páginas antes del final y dejando el poder de elección en nuestras manos, porque como ya he dicho antes, La armadura de la luz es una novela autoconclusiva, con esa pequeña puerta abierta en los dos últimos párrafos.
Conclusión: Considero que a esta novela se le ha exigido demasiado por el simple hecho de estar publicada por una gran editorial como es Minotauro. Otro punto negativo es la nacionalidad del autor. Estoy convencido de que si hubiera sido una traducción de alguno de los grandes, la repercusión habría sido muy diferente, aunque creo que tampoco ha ayudado el precio en su formato digital. Así que si os gustan las historias fantásticas, de personajes y con un toque distinto, no lo dudéis, la vais a disfrutar. Eso sí, merece la pena comprarla en papel. A no ser que la editorial se anime con alguna ofertilla…
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Pues yo sí leo fantasía épica, y me vuelvo cada vez más exigente con el género. Así que voy a tener que leer esta…
Ya me dirás. Me juego un latigazo…
Leo muy poquita fantasía épica por las mismas razones que tú das en esta entrada, pero lo que no pienso hacer nunca es dejar de leer a un autor o a una autora porque sea nacional. Es una pena, pero ya he oído a mucha gente quejarse de que escribir en castellano es un obstáculo importante y empiezo a pensar que algo de razón tienen.
Pues va a ser que sí… Gracias por comentar.
Pues para mí este género es mi favorito. He leído de todo y tengo que decir que aquí se generaliza bastante con las características que tiene.
Es cierto que los clásicos de los 70-80 son mayoritariamente explicativos, con muchas descripciones, personajes bastante planos y estereotipados e historias en algunos momentos bastantes predecibles pero, por favor, esto ha cambiado ya. Hay buenos autores de fantasía épica en estos momentos con tramas increíbles, personajes bien redondeados que evolucionan y sí, personajes femeninos (¡por fin!) bien hechos. Y no hace falta meter ninguna raza que no sea la humana para que sea de este género.
Además, el género merece ser reseteado de ese pasado (y también en la mente de la gente) y darle una nueva vuelta como están haciendo algunos autores. Además, decir que a los que nos gusta este género es porque nos gusta mucha acción, lucha y magia (o varias razas como los elfos)… es afirmar que no conoces a los fans del género.
Este post me da pena por todos esos prejuicios y generalizaciones hacia el género y sus lectores pero por otro lado me da alegría saber que quizá haya un autor español que haya dado la vuelta a la tortilla y tengamos un libro interesante entre manos.
Nos preguntamos por qué la fantasía épica española no triunfa y, por desgracia, mucha de la culpa la tienen los prejuicios.
En mi caso le daré una oportunidad.
Interesante reflexión. Gracias!
Reconozco que lo tengo en la pila desde hace un tiempo. Y si, reconozco que tengo ciertos prejuicios inevitables. ¿por que escogemos antes a un autor anglosajón que lo nacional? La verdad, no lo sé. Personalmente igual que el tema de leer a más mujeres, es algo que estoy intentando dar la vuelta a la tortilla. El año pasado deguste a Guillem López, Jesús Cañadas, Bueso, Marc Pastor, Nieves Delgado, Cristina Jurado, Sofía Rhei,.. y algunos más. Poco a poco espero poblar mis lecturas de más nacional y no solo fantasía o ciencia ficción. Un abrazo 🙂
¡Bravo!
He leído esta obra y no puedo estar más de acuerdo con la crítica aquí expuesta. Y hablando de autores españoles de espada y brujería, a mí me gustaría recomendaros Las Crónicas de Vulcania: La Espada de los Druidas (Caligrama Editorial), del vigués Eduardo Aguiar. Una novela muy original, de lectura ágil y desenfrenada, que sin duda hará las delicias de cualquier aficionado al género. Dadle una oportunidad y ya veréis cómo no os arrepentís.
¡Gracias! Lo tendremos en cuenta.