Cuando los autores y editores nos quejamos del pirateo de los libros y de los problemas que eso nos causa, suele aparecer el argumento del pobre lector pobre: aquel sumido en la miseria y la exclusión social y que quiere leer. Y, por ende, qué malos que somos los autores que les queremos aún más pobres cobrándoles por nuestros libros, si es que no tenemos corazón.
A mi entender, que el lector no tenga recursos económicos para comprar libros, y deba piratearlos, es una excusa de quien lo está haciendo sin esa necesidad. Este artículo va de cómo quienes, usando la pobreza ajena, justifican sus comportamientos.
Y voy a intentar argumentarlo. Voy a intentar aportar datos, y para ello ubico mi análisis en España, para no hacer este artículo complejo sin necesidad, aunque al final haré unas reflexiones sobre terceros países.
Porque sí, los libros pueden ser caros y los precios de los ebooks pueden ser excesivos. Eso ya me lo sé, pero no me vale.
Libros muy gratis.
Vamos a leer libros físicos.
Según datos del ministerio de cultura, en 2015 en España había 4.610 bibliotecas públicas, distribuidas en todas las Comunidades Autónomas e incluyendo servicios de bibliobuses. A esta cifra cabría añadir las bibliotecas privadas y las de los centros educativos, las de fundaciones y entidades sociales…
Me cuesta creer que haya tantos ciudadanos que no tengan cerca una biblioteca o que le sea imposible acceder a sus servicios. Aquí solo caben las personas que vivan en zonas rurales o alejadas… De los casi 47 millones de habitantes de España, 3 millones viven en municipios de 2.000 a 5.000 habitantes y otros tantos en municipios de menor tamaño. Según la tasa AROPE, el indicador europeo de riesgo de pobreza o exclusión social, el 35% de los habitantes de estas zonas pueden estar en esa situación. O sea, tenemos unos dos millones de personas en España en situación de riesgo de exclusión social en zonas rurales. De ellas, habría que ver cuántas no tienen biblioteca cerca. Por ejemplo, la Diputació de Barcelona tiene un servicio de bibliobús que llega a todos los municipios de más de 300 habitantes de su demarcación: eso implica que quedan fuera un 0,2% de la población. Pero da igual, asumamos que puede existir una cifra destacable. Lo asumimos. Así que buscamos el siguiente recurso.
Nota 1. Recordemos que existen tiendas de libros de segunda mano a libros a 1 y 2 euros, y muchos proyectos de entidades sociales que reparten libros gratis.
Nota 2. Recordemos que existen los préstamos interbibliotecarios, y que la excusa de “en la biblioteca de mi pueblo no hay nada que valga la pena”, no nos vale mucho.
Vamos a descargar libros digitales gratis de forma legal.
Existe una ingente cantidad de portales donde encontrar libros legales gratis: autores que ponen su obra en su página o en otras, obras libres de derechos de autor, libros en promoción, revistas… Si pones en Google “descarga legal libros gratis”, te salen decenas de enlaces.
Mencionaré Lektu, porque ha hecho un gran trabajo en facilitar el acceso a la cultura de forma legal y a precios para todo tipo de lector. En el momento de escribir esta entrada, en lektu aparecen 632 referencias gratis y 752 en pago social (pagas con un tuit, vamos) , 119 en paga si te gusta (y puedes hacer ver que no te gusta) y 20 en paga por follow (siguiendo al autor en twitter, luego lo dejas de seguir y ya). Solo en lektu tienes cerca de 2.000 referencias.
Si podemos o queremos pagar un poquito, en Lektu, en Amazon, en otros portales y miles y miles de títulos a precios de 1€, 2€, 3€… Pero si resulta que estos libros gratis te parecen demasiado indies , si eres usuario de Amazon Prime (o tu hermano, o tu primo, o el vecino…, que vamos, que ahora haremos ver que no compartimos usuarios en estas plataformas), tienes Prime Reading, con centenares de títulos mainstream y bestsellers sin ningún coste adicional. O, sin salir de Amazon, si estás atento a las promociones flash, puedes tener una oferta constante a un coste muy bajo de títulos actuales.
Hoy no es nada difícil encontrar buenos títulos, a un solo click, gratis o a precios muy muy muy bajos. ¿En serio que el dinero sigue siendo excusa?
Oh, espera, ¡el dispositivo!
Vaya, es verdad… estamos hablando de pirateo de ebooks, y claro, para leer un libro digital necesitas algún tipo de soporte: un ordenador, un smartphone, una tablet o un e-reader. Y además de todo eso necesitas una conexión a internet para poder acceder a esos títulos y descargarlos.
Ninguno de esos dispositivos que mencionaba baja de los 80-100€ . Vaya, tus padres o tú podéis comprar un smartphone, pero no tienes un euro para gastar en un libro. Vaya. Puedes contratar una línea con internet en casa, o datos para tu teléfono, pero no tienes ni 99 céntimos para un libro. Vaya.
Que me dirás que el dispositivo te lo regaló una 3ª persona y que usas wifi públicos… Pues vale, si eres una persona sin recursos económicos y vives en zonas rurales sin acceso a servicios públicos de libros, si toda la ingente cantidad de recursos de títulos para descarga legal no sacia tu voracidad lectora… de acuerdo, piratea. Mándame un mensaje y te regalo mis libros.
Si realmente en España existe esa persona que quiere leer más pero no puede por falta de dinero, hablémoslo. Montemos algo. Muy en serio lo digo.
Hablemos un momento de “países pobres”
El argumento de la pobreza es especialmente manipulador cuando te hablan de personas pobres del tercer o cuarto mundo. Y, en ese proceso de hacer quedar mal al autor que reclama lo suyo, te lo refuerzan con imágenes de pobreza extrema, de niños trabajando en vertederos.
Pues me valen igual la mayoría de argumentos ya vistos:
- Existen bibliotecas a lo largo del mundo. Que habrá menos, no tengo el dato, así que lo doy por hecho. Haberlas, haylas. Y, también, muchas otras fuentes de libros físicos a libre disposición por el mundo, muchísimas iniciativas de personas individuales u organizaciones sociales que ponen libros de papel en manos de quien no tiene recursos para comprarlos.
- Existen muchísimos portales con libros digitales gratis, en los idiomas que queráis. Si esa persona pobre tiene un dispositivo y un acceso a internet, puede llegar a ellos. (Bueno, ahora alguien me sacará el bloqueo de la red en China o Corea del Norte… lo que queráis.)
- Existen en curso muchos proyectos de grandes fundaciones internacionales dedicadas a la educación que ofrecen dispositivos y contenidos culturales (entre ellos, libros) a esos colectivos especialmente vulnerables en esos países especialmente en riesgo.
No aceptaré discursos morales sobre la pobreza en el mundo. Por mi trabajo, conozco mucho y muy a fondo las tareas que llevan a cabo muchísimas entidades sociales en España y en todo el mundo para llegar a personas en situación de pobreza y pobreza extrema, y abrirles el camino a los recursos que necesitan. Además de ayudarles a cubrir sus necesidades de subsistencia, muchas de esas entidades trabajan para darles una educación y recursos culturales a los cuales no pueden acceder. Hablamos de personas que lo que desean no es la última novedad de, pongamos por caso, Dan Brown. Son personas que lo que desean es aprender a leer y poder leer, lo que sea.
Así que, amigos moralistas que usáis vuestra voz en la red para decirnos a los autores que somos egoístas por querer cobrar a los pobres lectores pobres, os invito a dar un paso más allá y a contribuir con alguna de esas organizaciones que, de verdad, trabajan para asegurar un futuro digno a esas personas. Yo ya lo hago. Os dejo unos cuantos enlaces:
Acción contra el hambre Acnur Educo Oxfam Intermon Plan Taula
¿Quién piratea?
Seamos sinceros, ¿cuánta gente cumple ese perfil de una persona sin recursos ni capacidad real para acceder a libros que su única vía es el pirateo?
Pensemos en quien conocemos que piratea libros (o música, o pelis…). Os compro que, hace unos años, acceder a determinados contenidos culturales era difícil y caro. Llegar a determinados títulos de forma legal en España era, directamente, imposible. Pero hoy piratear contenidos es más complicado que conseguirlos de forma legal (creo q todos conocemos personas que comparten cuentas Netflix o Spotify y pagan 1 o 2 euros al mes por eso, o incluso no pagan nada).
Yo conozco gente que piratea libros. Yo lo hice en algún momento. Y no era por necesidad económica, no me hubiese quedado sin comer por eso. Y también conozco los casos de otras personas que, os aseguro, no dejan de pagar la luz por comprar libros, ni de salir de noche y tomar copas, ni de… ¡Oh espera! ¿Ha dicho tomar copas? Lo he dicho, copas, o comprar un modelo de teléfono, o determinados pantalones o…
Las decisiones de consumo, son eso, decisiones: tenemos nuestros recursos económicos y decidimos cómo los gastamos. Piratear libros, en la mayoría de casos, es una elección más de consumo: esto lo pillo gratis y me gasto la pasta en otra cosa que puede que sea más difícil robar. Es una decisión individual racional: esto lo puedo conseguir gratis y, por lo tanto, no lo pago. Sería absurdo hacerlo.
Así que no me vendáis más motos, no me habléis de pobres lectores pobres que no tienen para comer… Descargar libros sin tener en cuenta los derechos de autor es, en la mayoría de casos, una decisión voluntaria no basada en una necesidad económica real de quien lo descarga sino en su decisión racional de no pagar por un producto. Pequeñas decisiones racionales que no tienen en cuenta el efecto global de ese pirateo.
Ahora hablemos de autores que no tienen para comer casi, si queréis.
Fotos:
Pirata: Markus Spiske en Unsplash
Libros: Eli Francis en Unsplash
Reader: Kingston Chen en Unsplash
Dedo: Slim Emcee (UG) the poet Truth_From_Africa_Photography en Unsplash
LJSalart
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Gran artículo y triste realidad. Me ha recordado otro muy antiguo que se me quedó grabado en la mente por el título: Piratas de 0,79€ https://hipertextual.com/archivo/2011/07/piratas-de-079e/
Un artículo brillante.
Totalmente de acuerdo.
Muy buen artículo, estoy de acuerdo. El dinero es solo una excusa. La mejor opción son las bibliotecas, realmente. En una tienda de segunada mano o en una plataforma online, como Lektu, que ofrecen productos gratuitos, realmente, la mayoría es paja. Yo me he descargado cosas de lektu gratuitas y, o he tenido muy mala suerte eligiendo, o las cosas que hay son de calidad muy baja.
Por otro lado, sí que tienes razón en que son opciones de consumo. Sí que es cierto que es una putada pagar 20€ para un producto que puede que no te guste, pero hay que hacerlo con todo y arriesgarse de vez en cuándo.
Hola, espero que aún esté vivo en esta distopía de mundo en manos del coronavirus Covid-19. Soy un lector pobre, de los que compran libros de segunda y descarga los que se ofrecen de manera gratuita en internet, de los que van a las bibliotecas y hace préstamos para leer en mi guarida, de los que participan en concursos para ganar un ejemplar, de los que hace trueques para obtener nuevos libros a cambio de los que tengo y ya no me interesan o nunca me interesaron pero me fueron regalados. A veces, cuando tengo y me alcanza, compro libros nuevos; pero no en internet, no tengo cuenta bancaria ni he hecho nunca de formas de pago digitales.
Un lector pobre.
El problema es cuando quiero tener, con ansias, con deseo y necesidad, un libro que se vende a un precio para mí demasiado difícil de pagar. Un hombre sin empleo fijo, que gana menos del salario mínimo mensual… Me toca piratear ese libro anhelado. ¿Es un mito? Como el mito del escritor romántico que ante todo escribe por amor al arte.