- Autora: C.J. Tudor
- Edición: PLAZA & JANÉS, Mayo 2018
- Traducctor: Carlos Abreu Fetter
- Colección: Éxitos
- Nº de páginas: 352 páginas
- Formato: Tapa dura con sobrecubierta
- Lengua: CASTELLANO
- ISBN: 9788401020476
- Fecha de lectura: junio de 2018
Han pasado ya unos días desde que publiqué la reseña de la primera novela de Mar Goizueta, Reina en el mundo de las pesadillas y aquí estoy de nuevo para hablaros de la primera novela de una autora, esta vez internacional. El hombre de tiza es la obra con la que se estrena C.J. Tudor, una autora muy interesante que tendremos que seguir de cerca. Con esta primera novela, además de obtener un gran éxito a nivel de ventas, ha obtenido el reconocimiento de autores de talla mundial. Que Stephen King hable de tu novela y la recomiende no es algo de lo que pueda presumir mucha gente.
Tal vez el propio King se haya visto a sí mismo en sus origines ya que, sobre todo en el planteamiento de la novela, se aprecia claramente que es su gran referente. Un pueblo pequeño donde todo el mundo se conoce, varios hechos misteriosos, ese ambiente tranquilo que se respira al principio de la novela y acaba complicándose… Nos movemos en terreno —en principio— conocido. Pero si algo ha conseguido la autora con esta novela, es despegarse de esos claros referentes y conseguir, por lo menos durante un buen tramo de la historia, mostrar su propio estilo. Un estilo más potente y macabro que el de King, aunque con algunos detalles que no me han terminado de gustar.
Echando la vista atrás, todo comenzó el día del terrible accidente durante la feria, cuando Eddie, de doce años, conoció al Hombre de Tiza.
Fue el Hombre de Tiza quien le dio la idea de los dibujos: una manera de dejar mensajes secretos entre el grupo de amigos.
Fue divertido hasta que los dibujos condujeron al cuerpo sin vida de una niña.
Sucedió hace treinta años y Ed pensaba que todo había quedado olvidado.
Sin embargo, recibe una carta que contiene solo dos cosas: una tiza y el dibujo de un muñeco.
La historia se repite y Ed se da cuenta de que el juego en realidad nunca terminó…
Todos tenemos secretos.
Todos somos culpables de algo.
Y los niños no son siempre tan inocentes.
El hombre de tiza es una novela que se mueve en la línea entre el misterio y el terror y, que aunque empieza con ritmo pausado, poco a poco va subiendo hasta convertirse en un thriller que debido a las particularidades de su estructura —que más tarde comentaré— mantiene siempre la atención del lector y sobre todo, sus ganas de continuar hacia adelante. Dos lineas temporales, una en 1986 y otra en la actualidad, se van entrelazando descubriendo pistas en una de ellas que resuelven cuestiones de la otra.
Todo comienza en un ambiente de película de adolescentes de «cabaña y bicicleta» que se ve truncado por un macabro accidente que rompe ese ritmo sosegado con el que la autora da inicio a su novela y que, además, parece ser el detonante de una serie de hechos misteriosos que empiezan a ocurrir en el tranquilo pueblecito que hasta entonces se nos había presentado. A partir de ese momento comienzan a aparecer personajes y situaciones que hacen que lo que hasta entonces era un juego con el que la pandilla se dejaba mensajes ocultos escritos con tiza, empiece a dejar de serlo para convertirse en algo mucho más complejo. Hay una escena en concreto que para mí lo cambia todo y te hace olvidarte de King y empezar a pensar en Tudor. La autora se olvida de crímenes y accidentes y nos presenta una situación extremadamente violenta en primera persona. Pocas veces he visto describir el miedo, la humillación e incluso la repulsión de una manera tan cruda.
Ahí es donde empieza el verdadero juego. Un juego en el que no sabes quién es quién y en el que entre mensajes de tiza y hechos misteriosos y macabros —que no comentaré para no destripar— la novela se va separando de los referentes mencionados anteriormente y se oscurece consiguiendo otro ambiente completamente distinto. Y ahora sí, la autora despliega todas sus armas y la historia pasa por su tramo más brillante: el final de cada relato en cada una de las líneas temporales te deja con ganas de seguir en esa misma línea, salta a la siguiente y consigue el efecto contrario. Así, va intercalando distintos focos de interés y presentando pequeñas soluciones de una de las líneas temporales en la otra. Además, la sencillez para seguir la trama convierte a la novela en una lectura ligera y ágil que consigue uno de los objetivos de la autora: entretener.
Es entonces cuando las cosas se complican entre los miembros de la pandilla y las consecuencias se empiezan a ver en la línea temporal actual. Toda esa paz, ambiente de compañerismo, amistad e inocencia, se van difuminando y todo cae como un castillo de naipes. Con todo esto roto, parece que los misterios se van resolviendo pero —y aquí llega la única parte negativa de la novela— en todo momento se intuye que el desenlace va a ser otro.
Tengo que reconocer que la novela me ha gustado, está muy bien escrita, es entretenida y tiene varios aspectos muy positivos, pero considero que la voz del narrador en primera persona —algo que en principio parece muy atractivo— le ha jugado una mala pasada a la autora provocando que se pase gran parte del tercio final de la historia preparando al lector para «la trampa» que nos tiene preparada. Esa «trampa» no me hubiera molestado, en absoluto, si ella misma no hubiera tenido miedo de introducirla y si hubiera servido para dar un giro a la trama. Pero al final no queda más que en una anécdota que en absoluto reduce la predictibilidad del final y que la lleva casi a disculparse por engañar al lector (incluso mete una última página que suena más a «última disculpa» que a final dramático).
Conclusión: Una novela entretenida, fácil de leer, con varios aspectos muy positivos y alguno no tan brillante. Para mí, una trama de misterio en la que intuyes lo que va a pasar y encima con un narrador que se pasa gran parte de la historia preparando un engaño que no es más que una anécdota… pierde mucho interés.
Una historia recomendable para los amantes del thriller ligero y, sobre todo, una autora a tener muy en cuenta. Esperemos que vaya puliendo esos pequeños errores que pueden molestar a cierto tipo de lector.
Valoración
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7/10
Origen
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