Cada día que pasa nuestra lista de cosas pendientes aumenta. Podríamos decir que en Origen Cuántico nos queda siempre más por hacer que hecho. No paran de venir ideas, títulos, temas y autores de los que queremos hablar. Y que constantemente conozcamos a gente nueva o salgan novedades jugosas no ayuda nada.
Para evitar que nos quede tanto en el tintero queremos empezar a compartir con vosotros títulos e ideas que tenemos pendientes. Libros a los que querríamos echar el guante, series de género que hemos disfrutado o hasta planes que pudieran tener algún tipo de relación con OC. No queremos callarnos nada.
Así que aquí tenéis, a la redacción de Origen Cuántico compartiendo con vosotros.
Mi lista de deseos es un completo desastre. A los libros y las series se le suma el estar comenzando a mirar cosas de cómic, pero recomendaré dos cosas, una que no es un libro y otra que es un clasicazo que podemos volver a tener en nuestras manos.
En primer lugar una ficción televisiva. Si algo está demostrando Movistar+ es que su apuesta por la producción propia es seria y fuerte. Con esa finalidad el año pasado estrenaron La Zona, una historia distópica en la que una explosión nuclear condicionará el entorno de la zona de exclusión. Tuve la suerte de ver la mitad de ella en el Festival de Sitges de 2017 y de acabarla en cuanto se estrenó, pero lo hice tan compulsivamente (binge watching le llaman ahora a zamparse una temporada del tirón), que recuerdo menos de lo que querría de ella. Es un thriller, es intensa, tiene interpretaciones muy buenas, tensión y agobio. Y espero poder volver a verla antes de que acabe el año. ¿Me acompaña alguien?
Mi segunda propuesta es un clásico. Clasicorro desde el día que apareció. Bonito, dulce, llevado al cine y reeditado. Estoy hablando de los libros de El castillo ambulante que han tenido a bien actualizar en Nocturna en una traducción de C. Salabert. Reconozco que yo llegué a ella gracias a la adaptación de animación de Hayao Miyazaki, allá en los inicios del milenio, pero posteriormente llegué a él gracias a la biblioteca pública. No leí, por eso, ni El castillo en el aire, ni La casa de los mil pasillos y creo que ha llegado el momento de aprovechar que se junta mi cumpleaños con las navidades e ir escribiendo carta a los Reyes Magos. Las tres, obras de Diana Wyne Jones, las podemos encontrar en las librerías recién impresas desde mediados de noviembre y se van a convertir, seguro, en una de las apuestas para regalar estas navidades.
Carla
Si desde que nació la Valkiria, mi primera hija, organizar una sesión de cine y palomitas era tan difícil como cuadrar agendas de ministros, desde el pasado 22 de septiembre, que nació mi Segunda guerrera, la cosa se ha complicado aún más. Podéis imaginaros que lo único que me salva de las tiriteras y del mal humor del mono de cine son Netflix, HBO y Amazon. Entre biberón y biberón, y en dos o tres sesiones, durante esta baja me estoy poniendo al día con las pelis y los animes, y de ahí os voy a pasar mis recomendaciones.
La primera es una película Juvenil que puse con la idea de que me acompañara mientras hacía otras cosas y me acabó enganchando. Se llamaba Las ventajas de ser un marginado y me llamó la atención porque salía Emma Watson. Trata de Charlie, un chaval impopular en el instituto, empollón y con muchos demonios que tiene la suerte de encontrarse con dos hermanastros, Sam y Patrick, que le descubrirán cómo es eso de vivir. Es una película de adolescentes clásica, en el sentido del desarrollo del protagonista, que parece salir de su crisálida; y a la vez, trágica, por los traumas del adolescente nada típicos de este género. Y, sobre todo, tiene una banda sonora absolutamente cojonuda. Además, es la versión cinematográfica de una novela con el mismo nombre. Mis dieses.
Mi otra recomendación es un anime del que soy mega fan: Ataque a los titanes. La humanidad vive recluida en ciudades amuralladas para protegerse de unos seres inmensos: los titanes. Después de años de relativa paz, un titán colosal abre una brecha en la muralla por la que se cuelan decenas de gigantes no tan grandes cuyo único propósito es… comerse a la gente. Dan buena cuenta de la madre de Eren, protagonista junto a la maravillosa Mikasa, y siguen sembrando el caos sin llegar a saciarse nunca.
Así empieza una historia de aventuras, ciencia ficción y sangre a raudales que explota la relación entre amigos, la traición y la valentía en un ambiente opresivo y de eterno misterio: ¿de dónde salen esos gigantes? ¿Sobrevivirá la humanidad?
Si la veis prometedme que no le cogeréis mucho cariño a nadie. Y, si lo hacéis, no me digáis luego nada que yo os he avisado.
Consuelo
A la hora de elegir lecturas, siempre tengo un problema: quiero leer las últimas novedades y estar al día, pero también quiero leer otras cosas, libros que fueron escritos hace años y que han recibido premios, elogios de crítica y público y que, o bien se han convertido en clásicos del género, o bien van camino de serlo. El tiempo es limitado, y el ritmo de publicación de las nuevas editoriales no nos da respiro. Así que esas obras un poco más antiguas se van acumulando en la pila (a veces ni llegan, se quedan en una lista mental de «quiero leer»). Pero hay una saga que sí he empezado y que quiero terminar, porque me está gustando mucho. Así que aprovecho para recomendárosla por aquí a los que no la hayáis leído todavía. Se trata de la saga Vorkosigan de Lois McMaster Bujold.
La tarea es inmensa, porque esta saga comprende catorce novelas, escritas entre 1986 y 2010, y varios relatos. Además, muchas de las novelas se editaron únicamente en papel y se encuentran actualmente descatalogadas, aunque otras (las más recientes) se pueden adquirir en formato digital en Amazon. Sin embargo, merece la pena. Yo he tenido suerte y he podido leer tres de las novelas más antiguas: Fragmentos de honor (1986), Barrayar (1991) y El aprendiz de guerrero (1986). Con estos tres botones de muestra me basta para saber que voy a leer la saga completa.
¿Qué tienen de especial estos libros? Lo tienen todo. Es una space opera clásica, con aventuras y batallas espaciales, muy bien escrita y con unos personajes carismáticos. Cordelia se ha convertido en uno de mis personajes femeninos favoritos de todos los tiempos. Miles nació con una malformación en un planeta de guerreros con una cultura que desprecia cualquier clase de debilidad, así que debe compensar su discapacidad física con inteligencia e ingenio. Aral Vorkosigan, el marido de Cordelia, se debate entre sus obligaciones como líder y sus sentimientos como hombre, esposo y padre. Cada libro cuenta una historia autoconclusiva, así que da un poco igual el orden de lectura, con intrigas palaciegas, conspiraciones, crímenes, guerras y revoluciones. Y todo ello aderezado con diálogos realmente agudos y chispeantes.
Por todo esto no dudo en recomendar la saga Vorkosigan a quien quiera escucharme. Son libros con los que realmente se disfruta el placer de la lectura. La única pega es la dificultad para encontrar los más antiguos. Ojalá alguna editorial se anime a reeditarlos.
LJ
Voy a hacer trampas. Me he pasado una semana enfermo en casa, con una vida limitada a ver la tele, hacer paseos cortos y comer muchas tostaditas con jamón york. Así que me ha dado tiempo de ponerme al día con muchas cuentas pendientes y descubrir tantas otras. He visto muchas cosas malas, pero como he decidido ser una unicornio arcoíris, esas me las salto. Así que me gustaría hablar de mis visionados seriéfilos preferidos.
She-Ra y las princesas del poder (Netflix). ¿De qué va la serie? El resumen que tienen en Netflix sirve: “Adora encuentra una espada mágica y descubre así su identidad de She-Ra, la legendaria heroína. Al unirse a la Rebelión, su mejor amiga se queda con la Horda del terror”. Nos encontramos con un reboot de una serie ochentera. En la anterior, She-Ra era melliza de He-Man, aquí no sé si rescatarán esa relación (no sabemos nada de la familia de Adora). Tengo una memoria terrible y no recordaba la original: yo era más del cuerpo musculado de He-Man. Así que cuando en la nueva serie la prota (Adora – She-Ra) habla del poder de Grayskull flipé un rato. Os diría que me informé en el momento, pero no. Lo que hice fue comerme la primera temporada de una sentada.
Lo que más me gustó. Es una serie de buenas y malas, pero con malas con dudas y buenas a veces más preocupadas por su interés particular que no el común. No es una serie obvia de tramas predecibles, hay buenos giros y tramas no tan infantiles. Es una serie de personajes femeninos, empoderados y cumpliendo múltiples roles y múltiples personalidades. Me da que mucho niño no la verá porque es una serie “de niñas”, y su error será grande. Por mi lado, algunos episodios los vi con mi pequeño monstruo y se quedó bien atento.
The Marvelous Mrs. Maisel (Amazon Prime Video). Lo sé. Ya la habéis visto todos, a mi no me había dado tiempo. Para los que no saben de qué va (espoileando el primer episodio): Miriam Maisel es un ama de casa judía en la Nueva York de los años 50 que vive con su marido y sus dos hijos en el Upper West Side (o sea, pasta por las orejas). Miriam, o Midge, acompaña a su marido al local donde quiere triunfar como cómico algunas noches. El mundo de Miriam cambia cuando su marido la deja por otra y descubre (eso ya lo veréis en la serie) sus habilidades cómicas en escena.
La serie me ha flipado por dos temas. Primero. El humor que desprende por todos lados, no solo sobre el escenario (pero con el monólogo final del primer episodio me reí tanto que se me olvidó que estaba enfermo) sino en cómo saca punta a la alta sociedad judía de los 50: las relaciones familiares son, posiblemente, lo mejor. Segundo. Esa visión con gafas violeta de la sociedad de los 50, la escena del juicio (creo que en el tercer capítulo) no sabes si es para llorar o reír. La serie me ha gustado tanto que he dejado de verla… solo. La veremos en pareja.
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