Una de las frases más recurrentes a la hora de calificar la calidad de una película es «A mí me gustó más el libro». La mayoría de las veces esta afirmación se pronuncia con aire peyorativo y desprecio.
La relación entre cine y literatura ha sido continua y permanente. Desde los inicios del medio cinematográfico se han adaptado obras literarias a la gran pantalla y las productoras han querido repetir el éxito de ventas de una novela en las taquillas. Cuando surgió la televisión, pasó lo mismo, muchas de las series estaban basadas en libros, obras de teatro y cómics.
Ahora están surgiendo nuevas plataformas de televisión que necesitan contenidos interesantes con los que desmarcarse de la competencia. Para los seguidores de la literatura fantástica y el cómic esto ha supuesto la realización de un viejo sueño. ¿Quién no ha querido ver a sus héroes en pantalla grande o pequeña? ¿Quién no ha pensado en quién podría interpretar a cada uno de los personajes? Muchas veces nos defraudan pero siempre suscitan un interés en el aficionado.
En las últimas semanas, se han dado los resultados de dos certámenes: el LAAB (Laboratori d’Adaptacions Audiovisuals de Barcelona) y el MEDIAPRO LABS.
El objetivo del LAAB (Laboratori d’Adaptacions Audiovisuals de Barcelona) es favorecer la adquisición de derechos de propiedad intelectual de obras literarias por parte de productores o programadores del sector audiovisual para múltiples propuestas de producción y distribución. Aquí podéis ver las obras seleccionadas.
Por su parte, MEDIAPRO LABS nace con la idea de convertirse en un espacio en el que jóvenes creadores independientes tengan la oportunidad de producir contenido de manera profesional y contar con la ventana de visibilidad que ofrece MEDIAPRO. Podéis ver las obras seleccionadas en el siguiente enlace: Obras seleccionadas.
Estos programas son fundamentales para que la industria editorial (de la que formamos parte muchos de nosotros: escritores, autores, correctores, críticos, traductores, editores, ilustradores, fotógrafos, libreros, distribuidores, etc.) tenga una posible via de financiación y visibilidad. De esta manera surgirán proyectos editoriales innovadores que desarrollarán una narrativa transmedia atractiva para los lectores y televidentes del siglo XXI.
Los pequeños editores y escritores de ciencia ficción, fantasía y terror tenemos un universo lleno de posibilidades que debemos explorar con las armas que nos diferencian de los grandes grupos editoriales: imaginación, adaptación, innovación y valentía.
Cine y literatura.
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