Datos del relato
- Autor: Luis Carlos Barragán
- Año publicación: 2016, Fata Libelli
- Lengua: Castellano
- Antología: Verbum
- ISBN: 9788494415722
- Fecha de lectura: Noviembre de 2016
Llevaba tiempo con ganas de leer a un autor que escribiera Ciencia-Ficción en español pero que hubiera nacido al otro lado del océano Atlántico. Supongo que el destino ha decidido que haya sido Luis Carlos Barragán el primer autor latinoamericano de género que he tenido el placer de encontrarme. Es la palabra que mejor define mi experiencia con este relato, placer.
Tal y como nos cuentan las editoras de la antología en la presentación de este magnífico contador de historias, Luis Carlos Barragán nació en Bogotá (Colombia) y actualmente reside en El Cairo. Aunque no he conseguido mucha más información sobre su persona, en todos los artículos consultados se menciona que es muy joven, aspecto que no choca con su cuidado y delicado, casi íntimo, estilo literario.
Ha publicado varios relatos en revistas latinoamericanas, llegando a ganar el premio de Historias de Amor de Timbío-Cauca en 2012. Su novela Vagabunda Bogotá (creo que es la única que ha escrito hasta el momento) fue la ganadora del premio de la Cámara de Comercio de Medellín y nominada al Rómulo Gallegos en el 2013.
Pero no ha sido esto lo que ha llamado mi atención al leer su presentación. Los que seguís el blog sabéis que 2312 ha sido la novela que más me ha marcado (para mal) desde que me muevo en este mundo de lectura compulsiva, reseñas y valoraciones. Así que al leer que mi «amado» Kim Stanley Robinson es una de sus fuentes de inspiración, han saltado todas las alarmas. El relato me ha demostrado que nunca hay que confundir las fuentes de inspiración con la obra que se supone que inspiran.
La verdad es que ha sido un «amor a primera vista». Me ha cautivado la mezcla entre Fantasía, Ciencia y Ciencia-Ficción en lo que podríamos catalogar como una obra de Ciencia-Ficción Fantástica. Algunos ya conoceréis mi historia de amor/odio con la categorización de textos gracias al artículo «Orwell no escribía Ciencia Ficción«, pero esta nueva categoría que me ha obligado a crear este relato, es perfecta para describirlo.
Y es que el texto tiene tramos en los que la Ciencia-Ficción se mezcla con la ciencia, tramos de Fantasía más pura que incluso recuerdan a la épica y tramos en los que las líneas divisorias entre géneros no son tan claras.
Soy informático, así que siempre tengo muy en cuenta la importancia de los signos de puntuación en los algoritmos y consultas a base de datos. Esta categoría me da la posibilidad de describir el relato con 2 fórmulas que parecen iguales, pero que no significan lo mismo:
- «Quimera» = (Ciencia Ficción Fantástica) + Estilo impecable
- «Quimera» = (Ciencia Ficción) ^Fantástica + Estilo impecable
Es decir, además de ser un relato que podemos categorizar como Ciencia-Ficción-Fantástica magníficamente narrada, es a su vez un relato de Ciencia-Ficción tan especial, que lo eleva de bueno a fantástico, sin olvidar su estilo impecable. Solo por la maravillosa historia de los «siameses de pelo» que se entrelaza de forma magistral con la trama principal, el relato merece ser leído. Bellísima.
La antología Verbum de Fata Libelli, me está dando la oportunidad de conocer a estupendos autores como Jesús Cañadas, José Antonio Cotrina y Pilar Pedraza, además de comenzar a aclarar mis dudas sobre escritores, historias, idioma y traducción. Cada vez tengo más claro que además de una buena historia, es necesario que la manera de contarla sea brillante y para eso necesitamos un autor que escriba en español o un traductor que tenga casi tanto de escritor como de traductor.
«Quimera», y por tanto Luis Carlos Barragán, son un maravilloso ejemplo de como una muy buena historia puede llegar a ser mejor por la manera que tiene su autor de contarla. Pensaba que podría haber alguna diferencia entre la manera de expresarse de nuestros «siameses de lenguaje» latinoamericanos y nosotros, pero no he encontrado ningún detalle al respecto que me haya resultado significativo, ni siquiera expresiones que estamos acostumbrados a leer y ver en otro tipo de obras.
Con esto no quiero decir que hubiera sido algo negativo, incluso en nuestro propio país cada zona tiene sus propias maneras de utilizar el lenguaje y creo además que eso lo enriquece, pero me ha llamado la atención que la sensación ha sido la de leer a un vecino. Un vecino que es capaz de escribir una de las frases más brillantes que jamás haya leído. Una frase que me ha hecho fruncir el ceño, dudar, pensar y reflexionar para acabar sonriendo. El perfecto final para una reseña:
Estudié Matemáticas para verificar bajo qué posibilidades podía el número uno ser el número dos.
Origen
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