- Título: Alba (Saga Xenogènesi I)
- Autora: Octavia E. Butler
- Editorial: Mai Més
- Formato: tapa dura
- Nº de páginas: 320
- Idioma original: inglés
- Traducción: Ernest Riera
- Ilustración de portada: Vorja Sánchez
- Fecha de publicación: Mayo de 2019
- Fecha de lectura: Julio de 2019
- Enlace de compra: Amazon
Nota previa 1. Existe una edición de 1989 de Ultramar de Alba (Amanecer), descatalogada.
Nota previa 2. En esta reseña explicaré spoilers, pero aviso antes de que lleguen.
Debería ser habitual, en cualquier lectura, que nos planteáramos los mismos dilemas morales que el protagonista, que nos preguntemos si habríamos tomado los mismas decisiones, que nos enfadamos con lo que creemos que son errores… Digo «deberíamos» porque, en la práctica, la conexión empática entre protagonista y lector no siempre sucede, o no con la intensidad necesaria: en el caso de Alba, sin embargo, no me he despegado de Lilith, la protagonista, en ningún momento. Y viví con total fidelidad sus dudas, sus miedos y sus incertidumbres. Y es en este callejón emocional donde estoy atascado, y que me hace muy difícil poder reseñar este libro. Porque, a pesar de haber terminado el volumen, a pesar de estar inmerso ahora en otra aventura, sigo con Lilith. La historia que nos explica Octavia E. Butler es coherente, la respuesta de los protagonistas, también. Como os avanzaba, no paras de preguntarte qué harías tú en el lugar de Lilith. Pero esta pregunta os la responderé al final, por no haceros spoilers.
Os hablo un rato de Lilith. Una mujer afroamericana más allá de la treintena, que despierta, desnuda, una y otra vez, en una sala blanca donde una voz le hace preguntas. Lilith descubrirá que la voz es de seres extraterrestres, que llegaron a la Tierra justo en el momento que la humanidad casi se extingue a ella misma en el invierno nuclear. Estos seres han rescatado a los pocos humanos que siguen vivos de una muerte segura. Lilith tendrá que asumir no solo la nueva realidad y sus salvadores/carceleros, sino también el precio a pagar por haber sobrevivido. El precio se hace largo y pesado de explicar. Y con esto no quiero decir que la novela se haga cuesta arriba, al contrario: los debates que plantea Butler son profundos, en una narración vibrante que os invito a descubrir. Yo no me veo capaz de resumirlos ahora, ni tampoco os quiero destripar la trama más de la cuenta.
Tampoco os hablaré de los otros personajes protagonistas. Solo os diré que hace falta que los conozcáis como Lilith, poco a poco: son especiales, interesantes, pero son, sobre todo, coherentes con ellos mismos. Cuanto más pienso, más me doy cuenta de la coherencia de la historia desarrollada por Octavia E. Butler. Y, como decía también hace un momento, la autora no pierde la tensión narrativa en ningún momento, cada capítulo te deja con ganas de encadenar el siguiente y giras las páginas con cierta ansia contenida. Hacía mucho que esto no me pasaba con ningún libro, no recuerdo cuanndo fue la última vez que un libro vence el sueño y se te hacen las dos de la noche.
Justo es decir que la edición de Mai Més es muy cuidada y trabajada. Una traducción exquisita de Ernest Riera, una revisión mimada y una ilustración de portada espectacular de Vorja Sánchez. Ah, Mai Més ha lanzado el título con el regalo de una lámina numerada de Marina Vidal a las 150 primeras compras. No sé si llegaréis a tiempo, pero aprovechad.
Dicho esto, ahora haré de sociólogo, y hablaré de los temas que más me han llamado la atención. Y que, ente muchos aspectos, me ha hecho pensar tanto como, por ejemplo, Los desposeídos de Ursula K. Le Guin.
Las ciencias de la ciencia ficción
Nos encontramos en uno de aquellos casos donde las ciencias a partir de las cuales se construye la especulación son diversas. Y Butler juega, a partes iguales, entre las ciencias biológicas y las sociales.
Los extraterrestres, los oankali, desarrollan una tecnología basada en la biología, en un control, casi total, de todas formas de vida dándoles un uso de herramientas a través de la modificación genética: Una nave viva semivegetal, que responde a los órganos sensitivos de sus habitantes/tripulantes, plantas carnívoras a modo de cámaras de estasis… Esta es solo la superficie, los detalles golosos. Pero la autora profundiza en la ingeniería genética y reflexiona sobre ella, en una novela publicada el 1989, un año antes de que se iniciara el proyecto del genoma humano.
Vale decir que Alba tiene treinta años, y no lo notas. No ha caducado. Treinta años después, la genética y sus límites siguen siendo uno de nuestros grandes temas y una de las fuentes de donde bebe la especulación literaria actual. Es pues, un acierto de Mai Més haber rescatado ahora este título. Y es que solo te das cuenta que está hablando de otro momento cuando se habla de la URSS, y no de Rusia (y vete tú a saber si una nueva URSS nos espera en un tumbo próximo de acontecimientos históricos). Que me desvío… esta vigencia en aquello que afecta a la biología, también persiste en los debates de las ciencias sociales.
Alba es también una novela de ciencias sociales: sociología y antropología. Y aquí he paladeado cada línea, cada idea, cada reflexión: aquí estaba en casa. El libro nos formula peguntas como “¿qué nos hace humanos?”, “¿qué nos hace ser quien somos?”, y estas son las más obvias. Butler reflexiona sobre el comportamiento humano, sobre la psicología individual y la grupal, sobre las estructuras sociales y culturales que nos definen y nos construyen. Pero, por encima de todo, para mí, Alba es una metáfora sobre el papel del científico social, o del científico en general, ante su campo de estudio. Pero esto me lo guardo como antesala de los spoilers.
Las luchas de Lilith, las luchas de Butler
Las novelas que nos hablan de colectivos históricamente oprimidos pueden tener una función de normalización o de concienciación ante los conflictos; o ambas funciones. Normalizar presentando unos contextos perfectos, sociedades justas e igualitarias sin discriminación. Concienciar poniendo en evidencia la opresión, ya sea de forma directa o de forma metafórica. Esta novela va de concienciar.
Algunas de las luchas son obvias, y Octavia E. Butler no las enmascara demasiado en el velo de la ciencia ficción. La más evidente es la violencia contra las mujeres y la subyugación al poder masculino. Lo hace directamente, con experiencias de abuso de hombres sobre mujeres. También con roles masculinos de sobreprotección y femeninos de subyugación. Pero también emplea los oankali (los extraterrestres): sus modelos relacionales de tres géneros (masculino y femenino, subyugados al poder sutil de los neutros, los ooloi).
Nos plantea un escenario, pues, donde la igualdad de género es una quimera. Creo interpretar que Butler defiende que siempre existirá un modo de jerarquía, poder y control, más o menos obvio, quizás no violento, pero sí igualmente exitoso. Quizás es uno de los aspectos que veremos profundizar en la saga, o al menos a mi me gustaría conocer más de la sociedad oankali.
Me ha parecido ver, también, un reflejo más sutil de otra lucha: una metáfora de la esclavitud de africanos llevados a América. Los oankali se presentan, a los inicios del libro, como aquel que te lleva fuera de casa, de quien tienes que aprender idioma, a identificar los rostros, sus costumbres, de quienes te tienes que ganar la confianza para poder vivir, convivir. Es a quien tienes que obedecer, para poder vivir, o seguir despierto, en el caso del libro. Lilith se refiere a los extraterrestres como carceleros, a mí me parecieron amos de latifundios algodoneros.
Homo homini lupus y el experimento social
¿Recordáis cuando hacíais filosofía en el instituto? Os lo pongo fácil, la disyuntiva Hobbes vs. Rousseau. Hobbes decía que el hombre era un lobo para el hombre, y que la cultura es la que hacía que no acabáramos los unos con los otros. Rousseau creía en la bondad intrínseca del ser humano y que era la sociedad quien nos corrompía. Octavia E. Butler juega al experimento social, el entendimiento y la adaptación como el camino de la subsistencia. Me entusiasma el experimento, qué queréis que os diga. Soy sociólogo: a todo científico social, lo reconozca o no, le habría gustado en algún momento u otro tener el poder y la capacidad de los oankali para experimentar en aquello social (no en aquello biológico, en este caso). ¿Y quien creéis que gana en el experimento (en la óptica Butler, en la de Lilith) entre el debate Hobbes vs. Rousseau? El lobo, obviamente.
Vamos a hacer spoilers y a hacernos preguntas
¿Lilith hace bien confiando con los oankali o vive en un síndrome de Estocolmo con sus carceleros? Octavia E. Butler juega con la desconfianza, primero con los ojos de Lilith, que viven en el conflicto entre su resistencia a continuar siendo el que es, y su aproximación, intelectual y afectiva, con los extraterrestres. Y cuando tú, como lector, te acercas demasiado a los oankali, cuando el asco por los tentáculos serpentines y los brazos sensitivos desaparece, llegan los humanos que se despiertan, y renace la duda de la confianza. Butler te deja elegir. Mi elección son los oankali, incluso más allá del que hace Lilith. Y llego aquí en un viaje curioso que me provoca Butler, los latifundistas algodoneros convertidos en la única solución posible.
Y es que es el que los humanos nos lo merecemos, nos hemos cargado el planeta: por fin lo hemos conseguido. Nuestras diferencias, nuestros miedos, nuestros egos, han podido por encima de la cordura, la razón, la concordia, el respeto… y hemos sobrevivido cuatro gatos. Y tenemos santa suerte que pasan por aquí unos extraterrestres y nos salvan a la media docena de medio muertos que quedamos. Y, no solo nos salvan, sino que nos rehacen el planeta, y nos piden un precio a cambio. ¡Solo faltaría!
El precio somos nosotros, pero también son ellos mismos: dejar de ser solo humanos y ser también oankali. Los humanos hemos demostrado no ser dignos del planeta. Y, a ver, ¿cuántos libros hemos leído con extraterrestres que nos quieren extinguir para quedarse con nuestros recursos? Pues para unos que quieren ser nosotros y que seamos ellos, joder… aprovechamos. Quizás es la manera.
Y aquí está la carga de profundidad de Butler. La novela nos habla del intercambio cultural, nos dice que no podemos sobrevivir siendo solo nosotros y mirándonos solo a nosotros. Nos dice que la supervivencia llega del contacto, del intercambio, de la mezcla. Y no solo cultural, Butler apuesta para superar la racialización, para superar los tabúes de las “razas” (por cierto, la raza es un concepto cultural, sin sostén científico, si queréis, os lo explico otro día). Os decía antes que Alba es una metáfora de la esclavitud, leyendo me venía la imagen de barcos negreros desembarcando africanos a las costas americanas, a merced de hombres blancos. Pues bien, Alba acaba diciéndonos que la respuesta pasa por superar aquello que nos hace diferentes, nos pide el paso valiente a superar los miedos a la diferencia, y apela a la unión, a la mezcla, al mestizaje… a construir un mundo para todos. Un planeta para todos, sin que nuestro aspecto externo tenga importancia.
Y se atreve a hacerlo desde el poder: son los oankali, los que tienen la sartén por el mango, los que quieren la unión. ¿Os imagináis al hombre blanco colonial mezclándose con los esclavos? Pues Butler lo hace, y nos choca, y nos provoca, y nos hace sentir miedo y hastío por esta mezcla. Y, cuando nos lo miramos desde esta nueva óptica, nos hace sentir culpables, quizás intolerantes ante la diferencia.
Alba, un primer acto (con MEGA sopiler)
Alba es solo el primer acto de la saga Xenogénesis. Un primer acto que empieza y acaba mal, es un continuo de errores y fracasos: los humanos fracasamos como especie, los oankali fracasan una y otra vez al encontrar la manera de despertar y hacer volver los humanos a la Tierra. Lilith fracasa en su misión de madre, pareja, líder. Pero se dice que de los fracasos se aprende. Seguiremos pendientes de las dos nuevas entregas, que espero que Mai Més nos esté preparando ya.
Dos agradecimientos finales. A Carla de Café de Tinta, por ayudarme con esta reseña, podéis leer la suya en este enlace. A Mai Més, para hacer tan fácil nuestro trabajo.
Valoración
-
8/10
LJSalart
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Está buena tu reseña. Yo también reseñé la trilogía aquí:
https://m.facebook.com/groups/149727989027908?view=permalink&id=268385880495451
Un saludo.