Datos del libro
- Autora: Nieves Mories
- Colección: Tíndalos nº 6
- Tipo de libro: novela corta
- Editorial: Cerbero
- Fecha de publicación: mayo de 2018
- Páginas: 151
- Formato: bolsilibro
- Fecha de lectura: junio de 2018
- Enlace de compra: Lektu
Esta es quizás la reseña más difícil que me ha tocado (en realidad no me ha tocado, he querido) escribir hasta ahora, y lo es por muchos motivos. El primero y fundamental, por lo compleja que es esta novela corta y por la cantidad de matices y lecturas que tiene la historia que narra. El segundo, por los temas que toca, sensibles y peliagudos donde los haya. Y un tercer motivo que viene a complicar aún más las cosas es aquello de reseñar sin destripar más allá de la información que aparece en la sinopsis:
Este libro es oscuro, sucio e inquietante. La historia que narra puede herir su sensibilidad, despedazarla y dejarla abandonada en mitad de ninguna parte. “Agnus Dei” no es una narración cómoda, no es una historia amable y, desde luego, no tiene un final feliz. Debido a su contenido aconsejamos que nadie la lea.
La verdad es que, siendo una obra de Nieves Mories, supongo que nadie esperaría una historia amable y con final feliz. Así que tenemos una de las sinopsis menos informativas de la historia de la literatura, sin duda por voluntad consciente de la editorial y la autora. Y, respetando ese deseo, intentaré escribir una de las reseñas menos informativas de mi (breve) historia como reseñadora.
Si habéis leído La chica descalza en la colina de los arándanos a lo mejor esperáis encontrar algo parecido en Agnus Dei. Pues olvidadlo. Agnus Dei no tiene nada que ver con “los arándanos”. Es mucho, mucho más oscura y terrible. Pero aun así, se percibe la voz de Nieves, la misma que tanto nos gustó en aquella otra novela. La mirada irónica, el sarcasmo mordaz y agudo, la manera en que presenta de forma aparentemente trivial y ligera, incluso risueña, las situaciones más dramáticas y terroríficas, haciendo que no puedas evitar que se te escape la risa de vez en cuando, a pesar de estar leyendo auténticas atrocidades. Personalmente, esta forma de escribir de Nieves fue la que me sedujo cuando leí La chica descalza y me hizo buscar más publicaciones suyas. En este sentido, Agnus Dei no defrauda. Es Nieves Mories en plenitud de sus facultades.
Como no quiero destripar nada, absolutamente nada, hablaré de mis impresiones a medida que iba leyendo. Me cuesta bastante hablar de estas cosas, pero al principio de la novela la protagonista, Isi, se encuentra en una situación en la que yo misma me vi no hace tanto tiempo. Y la frase inicial, que transcribo a continuación, resume todo lo que yo sentí en aquellos momentos:
Nadie está preparado para proceder en ciertas situaciones.
A partir de aquí, a medida que leía, iba asintiendo con la cabeza y sonriendo, viendo reflejados en la protagonista pensamientos peregrinos parecidos a los que me asaltaron en aquella situación. Son pensamientos e ideas que te vienen a la cabeza, pero que nunca expresarías en voz alta, plenamente consciente de lo inadecuados que resultan. Pero aparecen, están ahí, y no puedes hacer nada por evitarlo. Y así asistimos en el libro, en muchos momentos, a una contradicción constante entre lo que la protagonista dice o hace y lo que en realidad piensa o siente. Yo no sé si esto me pasa solo a mí, consecuencia de un sentido del humor un tanto irreverente e inapropiado, o es más bien un mecanismo de defensa común ante situaciones que nos superan. En cualquier caso, me sentí identificada con la protagonista de Agnus Dei, aunque debo aclarar que solo al principio de la historia. Después ya no.
Y digo que después ya no porque, tras unas pocas páginas donde la situación y reacciones de Isi nos pueden resultar más o menos familiares, la cosa empieza a torcerse. Y tratándose de un libro de Nieves Mories, cuando la cosa se tuerce, se tuerce mucho. Empiezan a aparecer personajes extraños, muy extraños, que interactúan de forma chocante con la protagonista. Llega un punto en que no sabes si estos nuevos personajes son reales, si son alucinaciones de una mente enferma o si pertenecen a otro plano de realidad. De la misma forma, las situaciones en que se ve envuelta Isi y sus reacciones nos resultan hasta cierto punto ajenas, insólitas, y tampoco sabríamos decir dónde termina la realidad y comienzan el sueño, el recuerdo distorsionado o la alucinación.
Sin embargo, cada capítulo del libro comienza con una breve nota que ofrece información sobre “cosas” que no os quiero revelar, pero que serían dignas de exponerse en cualquier museo de los horrores. Y, curiosamente, estas “cosas” dotan de completo sentido a comportamientos y reacciones “extraños” de Isi. Nieves no da puntada sin hilo.
Otra de sus genialidades (al menos a mí me lo parece) es la forma en que dota de carga simbólica a los objetos más cotidianos e inesperados. Me alucina cómo unos calcetines altos de colegiala que se resisten a permanecer en su sitio pueden estar cargados de significado. O una dentadura postiza. O los insectos. Los muchos y variados insectos que pululan por las escenas, contribuyendo a hacerlas más impactantes y a crear el ambiente onírico y malsano que impregna todo el libro. En muchas ocasiones, esa carga simbólica se retuerce de forma deliciosamente pérfida otorgando significado religioso a los objetos y a las personas que van a desempeñar los papeles más oscuros en la historia.
Sea el Cordero de Dios, señorita Isi, limpie los pecados del mundo
Con algún salto hacia atrás en el tiempo, en forma de recuerdos de infancia de Isi que nos ayudan a comprender la atípica relación con su madre (personaje onmipresente en el libro), la historia va discurriendo plagada de situaciones que pueden ser alucinaciones, fruto de un trastorno mental, o no, y de personajes que pueden ser reales o no. Así que el lector debe poner de su parte para desentrañar la madeja que Nieves va hilvanando, o esperar hasta el final, donde todo queda (más o menos) claro. Pero, como se adelanta en la sinopsis, no hay un final feliz. Tampoco lo esperábamos.
En resumen, Agnus Dei contiene, además de una historia impactante y truculenta, al más puro estilo Mories, un auténtico museo de los horrores, una crítica lúcida y muy mordaz de la religión y la educación católicas, una desmitificación del amor filial y una lección de entomología. Todo en unas ciento cincuenta páginas ¿Qué más se puede pedir?
Valoración
-
9/10
Latest posts by Consuelo Abellán (see all)
- Queremos que Blanca Mart vuelva a la palestra - 2 diciembre, 2019
- La tierra multicolor: ¿continuará…? - 22 noviembre, 2019
- Rebelión 20.06.19: informe de disección - 20 noviembre, 2019