Datos del relato
- Autor: Francisco Jota-Pérez
- Año publicación: 2017, Ediciones El Transbordador
- Colección: Soyuz
- ISBN: 9788494677274
- Formato: Digital
- Nº de palabras: 10.107
- Fecha de lectura: Abril de 2017
Este comentario va a tumba abierta, sin mirar lo que escribo, no me importa el estilo, no me importa si gusta, me da igual si no acierto, si hay incorrecciones, si hay faltas de ortografía. No hay esquema, no pretendo nada y lo escribo más por mí que por los demás.
Sí, soy fan de la colección Soyuz de Ediciones El Transbordador. Sí, también soy fan de Francisco Jota-Pérez. No hablo de su obra, hablo de él, de su manera de escribir, de experimentar, de jugar con el lector, de romper, de salir volando de lo que está contando, de joder, de entusiasmar… Pero este relato va un paso más allá.
Tenía pensado citar alguno de los párrafos del texto, pero es imposible. No se puede citar parte de algo que no tiene sentido sin el todo. El juego hay que seguirlo conforme a sus reglas y este relato, es un juego que se expande, se dibuja y desaparece delante de tus ojos.
Podría decir que es el texto más oscuro que he leído, mencionar las palabras violación, abuso, niñas, escapar, juegos… pero sería información parcial, interesante pero sin importancia. Esa gran oscuridad no está en las palabras, está en lo que el autor te obliga a hacer, si es que consigues entender lo que intenta. Incluso es posible que no esté intentando hacer nada.
En vez de empezar con una sinopsis y dar después mi opinión sobre el relato, voy a hacer algo que creo que puede aportar más, no solo al que lea esto, sino a mí mismo. Voy a intentar hacer algo parecido a lo que Gaiman hizo con Gene Wolfe en su día (aconsejar a los lectores sobre la manera de afrontar su lectura), sin ser yo Gaiman y siendo Jota-Pérez posiblemente más complejo de leer que Wolfe.
Voy a partir de sus consejos, que curiosamente valen (en parte) para este relato, luego ya veremos, como he dicho antes, no hay guion:
1-Confía en lo implícito del texto, las respuestas están ahí.
Nada que decir, tal cual. Eso sí, puede que estén muy escondidas.
2-Vuelve a leerlo. Es mejor la segunda vez. Y será mejor aún la tercera. De todas maneras, los libros cambian sutilmente de forma mientras estás lejos de ellos. La primera vez que lo leí, la paz era como una disertación apacible del medio oeste. Sólo se convirtió en una novela de horror en la segunda o tercera lectura.
Aquí ya lo tenemos más complicado. Este relato es un texto oscuro desde la primera vez que lo lees, pero es posible que la segunda se convierta en algo peor, o mejor. Seguro que en algo distinto.
3-Hay lobos rondando detrás de las palabras. A veces salen en las páginas. A veces esperan a cerrar el libro. El olor almizclado a lobo, a veces puede ser enmascarado por el perfume aromático del romero. Entiende que estos no son lobos de hoy en día, moviéndose furtivamente en manadas a través de lugares desiertos. Son los terribles lobos de antaño, enormes y solitarios lobos que podían proteger su territorio contra los osos.
Poco perfume a romero en las palabras de Jota-Pérez, pero sí que en ciertos tramos, la forma esconde el fondo. Para leer este relato, a veces tienes que dejar que el fondo no te deje ver la forma y otras es mejor dejarte llevar por la forma y olvidar el fondo. La poesía cambia y se vuelve oscuridad. No temas cuando te des cuenta de que en un momento dado no estás en el relato, déjate llevar, no tienes por qué estar en el relato. Está jugando contigo, le gusta pasar de las palabras a los sueños de un yonki.
4-La lectura de Gene Wolfe es un trabajo peligroso. Es un acto de lanzar cuchillos, y como todo buen acto de lanzar cuchillos, te puede hacer perder dedos, dedos de los pies, lóbulos de las orejas o incluso los ojos en el proceso. A Gene no le importa. Gene es el que tira los cuchillos.
Jota-Pérez no tira cuchillos, dispara cuchillos.
5-Ponte cómodo/a. Prepara té. Cuelga un cartel de “No molestar”. Empieza en la primera página.
Cambia té por una cerveza. Puedes empezar por donde quieras.
6-Hay dos tipos de escritores inteligentes, los que quieren hacerte ver lo listos que son y los que no ven la necesidad de hacerlo. Gene Wolfe es del segundo tipo, y la inteligencia es menos importante que el cuento. No es inteligente para hacerte sentir estúpido. Él es inteligente para hacerte inteligente a ti también.
Leer a Jota-Pérez no tiene nada que ver con la inteligencia, tiene que ver con las ganas que tengas de seguirle el juego y con la fuerza que tengas para terminarlo o dejarlo a medias.
7-Él estaba allí. Él lo vio pasar. Él sabe qué reflejo vieron en el espejo esa noche.
Él era el reflejo.
8-Estate dispuesto/a a aprender.
A aprender y a aprender a leerlo. De esto van mis consejos (no solo para este relato, más bien para la obra del autor). Sí, me voy a atrever:
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- Sí que hay una historia en el texto, pero a veces no es lo importante.
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- Déjate llevar por las palabras, luego relees.
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- No te has ido del texto, el texto se ha ido por sí solo.
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- Atento a la forma, al dibujo. Aleja el libro, hay que mirar desde lejos.
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- La poesía a veces se convierte en palabras disparadas, no te preocupes, sigue leyendo.
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- No esperes una respuesta rápida, a lo mejor llega tiempo después, o igual nunca llega.
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- Investiga. Hay realidad, ficción, intención y a veces, nada de lo anterior.
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- Intenta encajar las piezas, es un puzzle de párrrafos.
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- Si ves repetición, atento, ahí hay algo. O no.
- Relájate y disfruta, duele pero es soportable.
Este va a ser el único relato que puntúe desde que empecé con el blog, generalmente, sólo puntúo novelas. Lo dicho, me da igual, esta entrada es a tumba abierta. También va a ser el único relato que firme no como Origen, sino como la otra parte de mi yo cuántico.
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